Mum sos

Mum sos

Hasta hoy pensaba que ser madre de dos niños pequeños y trabajar fuera de casa era todo un reto. Con lo bien que se está en Velvet School dando clase de inglés… Ha tenido que llegar la COVID-19 para enseñarme que ser madre de dos niños pequeños y trabajar DENTRO de casa, es mucho más difícil que los sudokus que hace Miren con nuestros horarios en septiembre.

Y es que intentar seguir el ritmo normal de una clase de inglés virtual, que no es tan fácil cuando hablamos de niños de 7 años, mientras tienes un oído pendiente de lo que sucede al otro lado de la puerta, rezando para que tus alumnos no estén escuchando los gritos y tratando de disimular como que la cosa no va contigo, es como para acabar en un psiquiátrico. Y lo mismo pasa al otro lado de la pantalla, cuando un padre o una madre hablan tan libremente sin darse cuenta de que estoy oyendo toda la conversación. Pero bueno…

Sí, sí. Mis hijos tienen un radar especial. En cuanto notan que quedan cinco minutos para que empiece mi clase, se ponen la armadura y empiezan una guerra por alguna razón que ni ellos saben…” Bueno, mira”- le digo a mi marido-“ que yo me voy a clase”- y escapo rauda y veloz, cerrando la puerta.

La pena es que la habitación que se ha convertido en mi classroom (tendré que ponerle uno de los nombres que usamos en Velvet School) no está insonorizada y no paro de oír: “amaaaa!!!! Amaaaa!!!”. Hasta que la puerta se abre de golpe y aquí ya, si alguien viera mis movimientos de contorsionista para evitar que los niños pasen de la puerta, me acabarían contratando en algún circo. Y ¡más difícil todavía! Sin apartar la mirada del ordenador.  Mi profesionalidad resta intacta, 100% de concentración para poder dar lo mejor de mí en clase.

Lo que tengo cada día más claro, es que cuando todo esto pase, la gente se dividirá en dos grupos.

Estarán aquellos que no tienen hijos, o que sus hijos son ya independientes.

Se les notará porque volverán a Velvet School a regañadientes porque estaban de lujo en sus casas, viendo maratones de series.

Y luego estaremos los que tenemos hijos pequeños.

Se nos reconocerá fácilmente. No porque estemos más calvos y al borde del patatús, que también. Sino porque tendremos tantas ganas de volver al trabajo y estar sin niños unas horas, que vamos a salir a la calle hasta con el pijama puesto, riendo y gritando de la alegría.

Y todos pensarán que es porque la COVID-19 ha acabado…. Por supuesto que sí, pero, sobre todo, porque volveremos a ser libres por unas horas. Ya puede estar Maurizio en Velvet School a las 8 en punto de la mañana el día que abramos, que allí estaremos los profes/padres esperando con alegría y celebrándolo. Los cursos de inglés en Velvet School empezarán otra vez, y todos los profesores encantados con la rutina de siempre. Cursos intensivos de inglés, cursos de preparación de FCE, CAE, curso de verano y seguramente luego echaremos mucho en falta a nuestros hijos.

Así es la vida.

Firmado: Bi