Nagore estuvo yendo al campamento de Formigal durante 4 años consecutivos y nos ha mandado una carta contándonos cómo fue su experiencia, para que vosotros también os animéis a vivir esta increíble aventura.
Mi nombre es Nagore y fui al campamento de Formigal por primera vez a los 10 años. Mi hermana ya había estado y me contó cosas muy buenas del campamento.
Ese primer año, fui sola y tenía miedo de no hacer amigos, pero mis compañeras de habitación y yo nos hicimos amigas muy rápido.
Lo que más me sorprendió al entrar al hotel es que las habitaciones eran muy acogedoras y disponían de todo lo que íbamos a necesitar, pero lo mejor eran las vistas que teníamos cada día de los Pirineos nevados.
Cada día hacíamos 3 horas de clase que eran muy amenas y en las que aprendíamos y perfeccionábamos el idioma con profesores con muchísimo conocimiento de inglés.
Durante las dos semanas de campamento hicimos muchas excursiones y actividades divertidas como por ejemplo: patinar sobre hielo, montarnos en tirolinas, cruzar a Francia en un tren, montar en canoas, hacer una gymkana en el monte, ir a la piscina la mayoría de días, etc.
Pero, si tuviera que elegir alguna actividad de todo el campamento elegiría las noches en la discoteca en las que jugábamos, bailábamos y hacíamos muchos amigos.
El estar muy poco tiempo con aparatos electrónicos hizo que desarrolláramos mucha facilidad para relacionarnos y hacer amigos nuevos.
Según volví a Bilbao y bajé del autobús, les dije a mis padres que al año siguiente quería volver y así fui durante 4 años seguidos, hasta que me sentí preparada para dar el salto e ir a Irlanda.
Si tuviera que describir mi experiencia con pocas palabras, diría que fue una de las mejores experiencias que he vivido aprendiendo inglés y me ayudó a hacer muchísimos amigos y a coger seguridad en mi misma para poder viajar al extranjero años después y así seguir perfeccionando mi nivel de inglés 🙂